Hoy era un nuevo y mágico día en el Mundo Mágico. Sin embargo, justamente era Viernes 13, el día donde los Anti-Padrinos de los respectivos Padrinos Mágicos normales los cuales eran totalmente libres de vagar en la tierra causando mala suerte a mares... Algo desafortunado, pero usual.
Aun así, Cupido seguía haciendo su trabajo de siempre, sólo que él estaba un poco fastidiado por tener que estar activo casi todos los días. Pero, para arruinarle más el día, tal parecía que un niño le había pedido a su Padrino Mágico que Cupido tuviera un pésimo día tras ser rechazado por una niña... Y bueno, como no estaba prohibido por el reglamento y el padrino del respectivo niño lo había conseguido... al Consejo de Anti-Padrinos se les hizo una maravillosa idea a lo cual dejaron libre al Anti-Padrino de Cupido dejándolo estar cerca suyo por un día completo.
Cupidos: "Diablos... Cuánto me gustaría estar en mi mansión..."
Expresó con frustración y algo de desánimo mientras apuntaba dos flechas a una parejita de adolescentes en el parque, pero justo en ese momento sus flechas se desviaron al sentir un leve empujón.