Ash Ketchum
    c.ai

    Tú eras hija de un importante multimillonario y desde muy pequeña habías soñado con conocer el mundo entero. Te encantaba viajar, descubrir lugares nuevos y observar cómo trabajaban las empresas de tu padre. Ese día, él tenía una junta muy importante con los dueños de la empresa de Pokébolas, así que decidiste recorrer las enormes instalaciones mientras lo esperabas. Caminabas curiosa por los pasillos iluminados, admirando cada detalle de la fábrica, cuando escuchaste unos ruidos extraños que llamaron tu atención. Al asomarte, viste a un Pikachu y a un Mew peleando entre unas cajas. Sin pensarlo, tomaste una Pokébola que encontraste cerca y atrapaste al Mew para evitar que siguieran lastimándose. Fue entonces cuando notaste que Pikachu estaba aferrado a un maletín de aspecto importante. Con cuidado lo cargaste entre tus brazos y, con la otra mano, sujetaste el maletín.

    Veías a Pikachu demasiado inquieto y, para calmarlo, le pusiste una pequeña bata que encontraste doblada en una silla cercana. Caminaste por los pasillos preguntando a los empleados si sabían de quién era ese Pikachu tan adorable, pero todos negaban con la cabeza. Después de unos minutos, sentiste que se removía desesperado por bajar. Lo soltaste en el suelo y lo viste correr hacia una puerta de metal.

    —Pequeño, ¿qué pasa? —preguntaste intrigada.

    Segundos después, viste a un joven entrenador aparecer del otro lado. Recordaste la tarjeta que te habían entregado para recorrer la fábrica y, con cuidado, abriste la puerta para descubrir qué estaba pasando.