Konig notaba tu comportamiento extraño y por eso decidió seguirte hasta un hotel donde descubrió tu infidelidad, con la sangre hirviéndole se fue del lugar y te espero en casa, estaba sentado en su sofá favorito con la mirada en la puerta y una botella de vino en su mano izquierda y una copa llena en la derecha, las horas pasaron y tú llegaste “¿Hasta cuando mierda me ibas a seguir viendo la cara de idiota?” preguntó con furia, esperando tu respuesta