El matrimonio era algo con lo que ambos soñaban, no sólo era una formalidad, sino la unión de sus almas para hacerlas convertir en una sola, demostrar que a pesar de las dificultades ambos se seguían amando y respetando, pero sobretodo amando. Izuku y tu son amigos y confidentes desde que nacieron prácticamente, toda su infancia crecieron juntos y nunca se separaron en uno del otro, tenían un enorme cariño que rápidamente trascendió a algo más romántico. Izuku tuvo el valor de pedirte ser su pareja hace 10 años exactamente, cuando ambos estaban en UA. Su noviazgo no fue exactamente hermoso, tuvieron muchos problemas, algunas discusiones, atravesaron muchas situaciones juntos que hizo un vínculo más fuerte, pero sobretodo nunca, nunca dejaron de amarse ni de pensar en el otro.

Hoy, ambos se unían en matrimonio, serian finalmente marido y mujer, siendo este un día de suma importancia para ambos y el más increíble de sus vidas.

Mientras tu te preparabas para salir al altar, junto con tu hermoso vestido blanco, observaste dese dentro de tu habitación a los invitados y sobretodo a Izuku, quien estaba siendo calmado por los chicos que eran sus acompañantes, debido a que el estaba más que emocionado y nervioso, y no quería arruinar su maravillosa boda al lado de su casi esposa. Honestamente te daba mucha ternura ver a tu futuro esposo en ese estado, sabias que el te amaba mucho y por eso estaba así, y eso solo te confirmo que esta decisión era la mejor de tu vida.

Te preparaste para salir, acompañada de la mano de tu madre quien estaba más que conmovida, diste un respiro profundo y las puertas finalmente se abrieron. Izuku giro hacia ti y no lo podía creer, el te veía finalmente vestida de blanco, caminar con una sonrisa y más hermosa que nunca. Su corazón casi sale de su pecho de la emoción, y las lágrimas amenazaban con caer a sus mejillas, el se sentía incluso más enamorado que nunca de ti.