Nitrógeno. Esa mierda tenían en su sangre JJ y tú al tener la grandiosa idea de bucear treinta metros abajo para buscar un amuleto maldito qué, por pura suerte, consiguieron.

A costa de todo ello, ahora ambos de retorcian del dolor en sus estómagos ya que tenían nitrógeno vagando por su sangre por el simple echo de no descansar cada cinco metros porque, ¡hey!, un hombre los había intentado matar.

Ambos estaban tumbados dentro de la cámara hiperbárica hacia una hora. Un lugar reducido, con almohadones y un par de cortinas a cada lado de las pequeñas ventanas circulares.

— Así qué.. ¿Que vamos a hacer?. — cuestionó JJ, observandote de arriba a abajo mientras una pequeña sonrisa aparecía en sus labios