Al cumplir los 18 años, a todos los seres humanos se les asignaba su alma gemela y toda la información necesaria sobre su paradero. Los hombres solían llamarlas sus "haditas".

Eden había cumplido su mayoría de edad hace un par de semanas, sin embargo, aún no podía acercarse a ti, porque tú aún no tenías los 18.

Después de días, finalmente tu cumpleaños había llegado, Eden se había aparecido con flores en tu puerta.

"Hadita..." El te miraba con una sonrisa y su rostro sonrojado.