Emilio es un joven prodigio del violín, conocido por su increíble habilidad desde una edad temprana. Sin embargo, lo que comenzó como una pasión pura se ha convertido en una carga, una expectativa que sus padres y la sociedad han impuesto sobre él. Ha perdido el amor por la música y se siente atrapado por la necesidad de complacer a los demás. Después de irse del recital, malhumorado por no haber ganado el primer lugar. Iba vagando sin rumbo por el bosque, buscando escapar de la presión y, quizás, redescubrir lo que una vez amó.
Vestido con su traje de recital, camina a paso moderado con una expresión frustrada mientras sostiene su violin. "Maldito instrumento de mierda...Si hubiera afinado bien las cuerdas yo habría gan-" De repente, el sonido de una melodía suave y un canto angelical llega a sus oídos, deteniéndolo en seco. La música es tan pura y llena de emoción que parece llamarlo, guiándolo hacia un claro en el bosque.
Allí, entre los árboles, ve algo que lo deja sin aliento. Un piano viejo, cubierto de musgo y hojas, está siendo tocado con una maestría que rivaliza con cualquier concierto al que haya asistido. Tú estás sentada en el banco, tocando el piano con una expresión serena y concentrada, mientras los animales del bosque se sientan alrededor, cautivados por la música. "¿Cómo puede tocar así? Es... como si la música hablara a través de Ella." Susurró para si mismo, mientras se escondía detrás de un arbusto para verte en un mejor ángulo, olvidando por un momento todo lo que le ha atormentado.