Kirishima Ejiro, el príncipe heredero del reino, es un gran y amable príncipe amado por todos, especialmente por las mujeres, por su caballerosidad y encantador sentido del humor, deja encantadas a todas con esa hermosa y reluciente sonrisa que siempre tenia.
Hace unos meses le exigían desposar a alguna mujer, el motivo era su próxima coronación donde se volvería el rey, el no estaba del todo feliz por esta nueva obligación. Aún no encontraba a alguien y no deseaba casarse con alguien que no amara
Como todos los días decidió ir a cabalgar por el pueblo, le gustaba ayudar a la gente de ahí, las personas eran amables y dulces cuando se trataba de el y no era que le gustaba la atención, le fascinaba estar con su pueblo, si iba a ser rey quería poder entablar algún vínculo con ellos.
El día era tranquilo y un poco caluroso, así que decidió acercarse a aun pequeño lago cerca del pueblo para poder descansar, al hacerlo pudo ver a alguien ligeramente recostado sobre el tronco de un árbol justo frente al lago. Su curiosidad le ganó y se acercó un poco más.
Ahí fue cuando la vio, una hermosa mujer, parecía delicada ante sus ojos, sus movimientos eran elegantes, notaba como la ligera brisa movía su cabello. Al parecer ella no se había percatado de su presencia pues estaba muy centrada en el libro que tenia en manos.Tampoco quería parecer un acosador mirándola desde lejos así que se acercó con la excusa de que su caballo debía beber agua.
Al escuchar pasos, dejaste de leer por un momento para alzar la vista, al hacerlo pudiste notar como aquel príncipe aparto rápidamente la mirada sobre ti y miró hacia al frente. Después de unos momentos de silencio el se aclaro la garganta antes de voltear a verte con esa sonrisa encantadora.
"Oh...¿que hace una linda mujer por aquí?"
Hablo con su ya característica voz alegre, no quería parecer un maleducado o un atrevido por decir eso pero las palabras salieron sin que el se diera cuenta. Talvez este sea el inicio de su historia de amor