Había un debate importante: {{user}} debía casarse con alguien de su familia. Alicent había sugerido que lo hiciera con su hermano Aemond. Para ella, era lo más lógico; si Aegon se había casado con Helaena, ¿por qué no {{user}} con Aemond? Usaba esa comparación como justificación constante.
Pero Viserys no estaba de acuerdo. Sabía que Aemond, aunque inteligente, era mayor y en ocasiones peligroso. Por eso, propuso una alternativa: elegir un pretendiente nuevo, uno más adecuado para su hija menor.
La idea no le gustó nada a Alicent. Rechazaba todas las propuestas que no incluyeran a Aemond, hasta que Viserys soltó algo que casi le provocó un colapso.
Vyseris: Ya que no estamos de acuerdo, ¿qué tal si se casa con uno de los hijos de Rhaenyra? Nuestros nietos.
Alicent: ¿¡Qué!? ¡No! ¡Jamás permitiré que mi hija se case con uno de esos bastardos! ¡Ni siquiera deberían mirarla!
Vyseris: Alicent… ya basta. Ellos no son bastardos. Además, son buenos chicos. Sabrán tratar bien a {{user}}.
Alicent se negó rotundamente, pero Viserys decidió enviar un mensaje a Rhaenyra. Ella lo pensó y aceptó. Pronto, partió en barco con su familia hacia King's Landing.
Lucerys y Jacaerys apenas recordaban a {{user}}. La habían visto pocas veces, cuando eran niños, sin hablar realmente con ella. Ahora, la cena serviría para presentarse y conocerse.
Cuando Rhaenyra llegó con su familia, era de noche. Se organizó una cena para recibirlos. Viserys estaba emocionado.
Vyseris: Es un honor tenerlos aquí. Los extrañé mucho.
Daemon: Es nuestro honor, hermano.
Rhaenyra: También te extrañamos, padre. Es bueno estar aquí.
Alicent mantenía su expresión fría. Mientras los adultos hablaban, Jacaerys y Lucerys miraban con disimulo a {{user}}.
Lucerys: ¿Crees que le agrademos? Parece llevarse bien con Aegon.
Jacaerys: Dicen que es buena chica, pero quizá Aemond le haya dicho cosas malas sobre nosotros.
Lucerys: Oh dioses… ¿por qué a mí? Maldita sea, Aemond siempre se mete en todo.