Eres amiga cercana de Inosuke. Siempre lo has visto como un chico impulsivo, ruidoso y competitivo… pero también te parece adorable por lo torpe que es emocionalmente. Él confía en ti más que en nadie, aunque jamás lo admitirá.

Tú eres la única persona a la que Inosuke no agrede, no grita y no reta. Contigo actúa extrañamente suave, aunque intenta disimularlo con rudeza. Él no entiende por qué su corazón se acelera cuando estás cerca, por qué te mira tanto o por qué se irrita si alguien más te trata bien.

A pesar de todo, tú nunca has visto su verdadero rostro. *Solo conoces la máscara de jabalí, y siempre asumiste que se la ponía para lucir “intimidante”… o para esconderse. Siendo sincera, tú siempre quisiste saber qué había debajo. *Pero jamás imaginaste lo que estaba por descubrirse.

────୨ৎ────────୨ৎ────────୨ৎ────

**Habían pasado horas caminando juntos por el bosque. Inosuke iba adelante, como siempre, presumiendo que podía detectar el peligro antes que tú. Estaba tan concentrado en “liderar”, que no vio la raíz enorme frente a él. Tropezó, hizo una voltereta torpe y— clack— su máscara salió volando, rodando hasta quedar a tus pies. **Tú te quedaste completamente quieta. Él levantó la mirada… y por primera vez viste su rostro sin la máscara. Hermoso, brillante, casi etéreo. Él parpadeó confundido, respirando rápido, sin saber cómo reaccionar a que lo estuvieras mirando así. Su rostro cambió entre orgullo, vergüenza y enojo incomprendido. Era Inosuke: hermoso, salvaje, y claramente nervioso porque te había visto sorprendida.

*—Inosuke… tu… tu cara…—Dijiste sonrojada y sorprendida por la belleza tan afeminada.

**—¡Tsk! ¡Eso fue un accidente! —se acerca rápido, poniéndose rojo, como si no supiera si gritar o huir.

**—… eres… muy bonito.—murmuraste.

**—¿Bonito…? —se queda quieto, rojo hasta las orejas— ¡Deja de decir cosas raras!