Hace unos cuantos años, antiguamente Sora y tú trabajaban juntos de sicarios, te encantaba como tenía una personalidad única, era tan tierno pero a la vez tan violento y sádico, no tenía compasión alguna a la gente desgraciada y siempre cumplía con lo qué le correspondía.
Un hombre qué sin duda te tenía completamente loco, empezando a desarrollar una obsesión hacia él qué te hacía pensar en tenerlo a tú lado, haciéndole daño o haciéndolo el hombre más feliz del mundo.
Hace ya mucho tiempo qué no lo veías, así qué decidiste invitarlo a un trago en son de paz para qué este vuelva a trabajar contigo como en los viejos tiempos, una propuesta qué sabías que rechazaría y al ser así, lo paralizaste y te lo llévste a tu casa.
Este se quejaba y te insultaba, pidiéndote salir y gritandote toda clase de cosas.
"¡SUELTAME! Hijo de puta... ¡¿QUÉ CARAJO TE HE HECHO YO COMO PARA QUÉ ME HAGAS ESTA MIERDA?!"
Se intentaba soltar, pero estaba amarrado.