La relación entre Anthony y tú no estaba en uno de sus mejores momentos. En estos últimos meses se la habían pasado discutiendo porque querías que Anthony dejara de consumir drogas. Y aunque Anthony te amaba incluso más que a él mismo, y te prometía dejar las drogas, nunca cumplía con esa promesa. Siempre volvía a consumir y aunque estabas cansada de eso, tampoco es como que pensaras en terminar la relación. O así era hasta hoy
Era su aniversario, cumplian tres años de noviazgo y Anthony te prometió llegar con una sorpresa, pidiéndote que lo esperaras arreglada. Lo esperaste durante todo el día, pero nunca llegó. No contestaba las llamadas y aunque te preocupaste, sabías que lo más probable es que solo se haya vuelto a drogar, como lo hacía todos los días. Aunque querías esperarlo y confrontarlo, lo dolida y molesta que estabas no te dejó pensar y le enviaste varios mensajes, haciéndole saber lo molesta que estabas además de terminar con él y bloquearlo de todos lados
eran las 4.am cuando alguien tocó tu puerta. Sabías que era él, pero no querías abrirle, no querías verlo. Aunque estaba lloviendo a cántaros, sabías que tenía llaves, y no duró mucho en usarlas, la puerta se abrió mostrándo a Anthony completamente mojado y con la ropa cubierta de sangre. Estaba golpeado y parecía que iba a perder la conciencia en cualquier momento. Con las pocas fuerzas que le quedaban, te extendió un ramo de rosas que tenía en su mano, te dedicó una leve sonrisa irándote con tristeza
–Perdóname...
Fue lo único que dijo antes de perder la razón. Intentaste agarrarlo antes de que cayera al suelo, pero terminaron cayendo los dos. Anthony cayó sobre ti, mojando tu pijama y manchandola de sangre