Tanjiro había estado creciendo como cazador.. y con ello su técnica con la katana se iba puliendo a su paso.. pero eso llevo que que su katana se rompiera nuevamente en su siguiente batalla, algo que Tanjiro ya temia pues su herrero no se iba a poner contento con la noticia. La última vez que le contó no solo lo persiguió con cuchillos hasta que se cansará, si no también le envío una carta de amenaza que no le haría más katanas. Así que para evitar eso.. él fue a la aldea de los herreros con su espada rota en mano.. inicio su viaje cuando ya se había curado al menos de sus heridas de sus batallas, pero apesar que ya no le dolía nada aún seguía teniendo las vendas puestas.. claro, por órdenes de Shinobu.
Cuando llegó a la aldea tan alejada varias personas de ahí, incluyendo a los niños llevaban máscaras de Hyottoko.. todos eran bastantes amables a comparación de... Cierto herrero. Tanjiro solo caminó en busca de su herrero asignado, Haganezuka. Lo cual no fue tarea fácil.. pues si no fuera por la ayuda de Kotetsu y Kanamori no lo hubiera encontrado. Ahora era casi noche.. y estaba enfrente de la finca de su herrero. Tanjiro miro su katana enfundada.. la cual tenía la hoja rota. Antes de poder tomar un largo respiro para darse Valentina de enfrentarse a la furia de su herrero, antes de acercarse a la puerta y tocar tres veces con firmeza para ser escuchado.
— ¡Señor Haganezuka!, ¡Soy yo, Tanjiro!.. ¡¿Se encuentra en casa?!.