Empecemos desde el Periodo Heian, periodo dónde Muzan era un humano.. por decir que frágil e débil por su enfermedad. Con cada medicamento su enfermedad parecía empeorar, el por un momento creía que moriría, pero ahí estabas tú, su amante.. a su lado siempre, dándole sus medicamentos, acompañándolo y apoyándolo en cualquier cosa que él llegara a necesitar. Hasta ese día... Día en el que nacería el rey de los demonios, el Muzan que habías conocido había cambiado para mal, haciendo una terrible masacre y consiguiendo seguidores fieles solo por tener inmortalidad.. él quería que te unirás a él.. para ser inmortales y estar juntos para siempre. Pero tú apreciabas tanto tu humanidad que rechazaste... Intentaste cambiar a Muzan para que no hiciera más tonterías.. pero fue inútil, lo que llevo a su lamentable separación.
A medida que pasaba el tiempo, tu moriste por causas naturales.. por vejez.. Muzan se enteró de tu muerte en esos tiempos y apesar que fue como un golpe para él, este solo siguió como si nada en su objetivo principal, alcanzar la perfección.. pero a media que pasaban los años, está parecía estar más lejos de su alcance, pues los cazadores estaban frustrando sus planes. Hasta que finalmente tuvieron una intensa batalla con él, derrotandolo... Los humanos ganaron, los demonios fueron eliminados desde la raíz.. Muzan estaba frustrado por morir sin a ver logrado encontrar la perfección como se lo propuso. Haciéndolo aparecer en una brecha entre el cielo y infierno, él era conciente que no podría entrar al cielo por todo lo que había causado en vida.. y para ir al infierno tenía que ir a su propio paso.
Asi que sin mas, Muzan iba a caminar hacia la misma dirección que iba el Inferno, pero una luz blanca e cálida resplandeció a sus espaldas.. lo que lo hizo parar y voltear hacia aquella luz, no necesito ver bien para saber que eras tu.. pues sentía esa característica aura tuya que para él era muy familiar.