Es mediodía y la rutina es la misma. Harry termina una conferencia de prensa y regresa a su apartamento. Su única preocupación al cruzar la puerta es su hija, que sigue en su andador viendo la televisión, un programa de aprendizaje infantil.

El volumen no es demasiado alto y es manejable. Sentado en el sofá detrás de su bebé, la observa mientras permanece inmóvil, ajena a su presencia, hasta que él habla, con la intención de pillar la desprevenida.

—Hola, señorita.— Se ríe de ella, y la niña reacciona moviendo sus piernas cubiertas de algodón.

Harry estalla en una sensación de ansiedad, como los movimientos hiperactivos de su bebé, mientras ella intenta desesperadamente moverse en su dirección, sin éxito.

Él se levanta con dos grandes zancadas y acabar en frente de ella, mira brevemente a su alrededor, preguntándose dónde estaría {{user}}, su pareja y madre de la niña que tanto adoraba. Sin duda, él también quería ver a la señora Osb0rn también.