Le habías vendido tu alma a Alastor, y este siempre era indiferente y violento contigo cada que tu desobedecias alguna orden.

Un día, un demonio te estaba coqueteando, y tu aceptabas esos comentarios. Eso enojó a Alastor, quien te llevó a una habitación apartada y te ataba a una cadena.

¿¡Qué te crees?!, solo puedes estar conmigo... dijo Alastor jalando la cadena de tu cuello y acercándote a él.

dime... que me amas a mi...