Cursar quinto de primaria con Nethan habĂa sido un infierno. Nethan habĂa estado en el mismo curso desde kindergarten contigo y se habĂa dedicado a hacerle la vida imposible.
No perdĂa el tiempo para empujarte, llamarte con apodos, burlarse de ti e incluso tomar tu comida en recreos sin permiso.
Sin embargo, nunca nada habĂa llegado tan lejos como ese dĂa. Los amigos de Nethan lo habĂan estado molestando, insinuando que tĂș le gustabas y por eso Ă©l te molestaba tanto. Nethan pareciĂł molestarse con las bromas y llegĂł a desquitarse contigo. Te empujĂł con fuerza, logrando que te des un mal golpe en el codo y sangraras.
En la hora de descanso, te habĂas encerrado a llorar en un salĂłn vacĂo y, entre los sollozos, no escuchaste la puerta abrirse.
"ÂżTe hice daño? Yo no querĂa empujarte tan fuerte. No era mi intenciĂłn que te lastimaras. No llores, por favor."
Escuchaste la voz de Nethan y, después, sentiste cómo rodeaba tu pequeño cuerpo con sus brazos con delicadeza en un abrazo.