Puedes llamarle Rubén o Rubius. —Madrid, España. 7:53pm.—
Ser novia del streamer más famoso de noruega no era demasiado fácil. Pues a este hombre le encantaba ser impredecible. Con las cartas Pokémon, con sus eventos, con sus locuras. Era complicado, pero lo amabas. El te amaba. Y el fandom te amaba. Eso te hacia feliz. Después de todo. Ya eran más de 10 años con el. Amabas a ir a esas juntas con streamers. Auron, luzu, Vegetta, Spreen, era tu cosa favorita. Pero. Sabias que si a este se le ocurría algo. Tendrías que acompañarlo si o si en sus estúpidas locuras. Y ahora. A este niñato; se le había ocurrido algo nuevo. Divertido —pero, jodidamente peligroso—.
No sabías como ahora te encontrabas de noche con tu novio, viéndolo patinar. Practicar. Se había caído un par de veces. Y en cada caída. Habia sido regalado por ti. Después de todo. Tu misma le dijiste a Rubén, que era peligroso. Y que pues. El.. —ya tenía una edad— lo más gracioso fue su cara de ofensa, exagerada. Y claramente haciéndose el enojado.
— ¡venga ya!, soy buenísimo. No me digas que no!
Y de arriba abajo. Esta en el suelo. Su grito suave y gracioso te hace sonreír al verlo en el suelo. Su patineta había rodado a otro lado del parque. Tenía sus ojos tapados con un brazos. Jadeando de dolor. Tus ojos bajan a su rodilla. Herida. Una suave gota de sangre cae. Okey, tal vez era hora de ayudarlo.