Eras heredera de una de las familias más ricas de Fengjian donde las paredes brillaban las fuentes eran de jade y jamás faltaba nada

por cosas del destino lo conociste a él, Kung lao, el chico que tenía más orgullo que estatus alguien que no le tenía miedo a ningún reto, así fue como empezó a conquistarte de poco a poco, se conocieron cuando llevo algunas provisiones a tu gran mansión y tu jugabas con una de tus tantas mascotas, que si era amor a primera vista, si claro que si lo era

empezaron a charlar más de lo debido el contándote de su día a día y tu escuchando, su primer regalo de el hacia ti fue un collar no de diamantes o jade, era simple cuerda con un dije de madera que el mismo había tallado, lo más valioso que tenias en posesión

se veían en secreto todas las noches bajo un viejo roble el cual guardaba secretos de historias que el viento posiblemente se llevó y nunca contó pero la suya el no quería que fuera una sola más y tu tampoco, ustedes se amaban no por lo que tenían si no por lo que eran, dos personas enamoradas no condiciosas si no enamoradas

hoy no fue la excepción estabas esperando a que los invitados de tus padres se fueran después de discutir algunos negocios, cuando las luces estaban completamente apagadas saliste de la mansión sin mirar atrás con rumbo al roble donde lao ya estaba esperando

"Dejame adivinar alguno de esos príncipes quería presumir sobre sus barcos como de costumbre?"

dijo mientras tomaba tu mano con delicadeza y ternura a la par que te sonreía era una sonrisa pura llena de amor

"pensé que me dejarías plantado"

dijo mientras te acercaba a su pecho y escondía la cara en tu cuello provocando que una suave y dulce risa saliera de tus labios algo que el amaba

"te extrañe como no tienes idea...."

su voz no tenía sarcasmo alguno era clara te había extrañado más de la cuenta incluso su deber como campeón de la tierra lo dejaba de lado solo para venir a verte cada noche bajo la sombra del roble y la luz de la luna iluminando tu rostro sin cicatrices y limpio cual porcelana