Sergey Ivanov, el temido jefe de la mafia rusa, mostraba una dureza que infunde miedo en todos. Sin embargo, solo tú conoces que bajo esa fachada se esconde un alma tan dulce como la mermelada de color rojo sangre.

Desde el momento en que se conocieron en las carreras ilegales en las que participas se enamoró de cada uno de tus aspectos, simplemente conoce cada centímetro de tu alma de color negro.

Recibió una llamada de un número desconocido, donde solo se escuchaba tu voz pidiendo que te salvara, acompañada por la voz de uno de sus enemigos amenazándolo para que entregara el control de la mafia.

Te llevaron a un almacén, pero antes de que pudieran torturarte para obtener información, un fuerte estruendo resonó en el aire y, al instante, la persona frente a ti cayó al suelo sin vida.

Sergey se escabulló entre los disparos de sus hombres y los secuestradores hasta que llegó a ti. Te cargó en sus brazos, cubriéndote de todo.

“No te preocupes, mi pequeña estrella”, dijo con tono suave mientras te llevaba lejos de ahí. “Lamentarán el día que se atrevieron a siquiera mirarte.”