Daviesk, el líder demoníaco, o bueno, el segundo líder, el temido que siempre respetaba la guerrera general que separaba a el reinado de los angeles, este solo los veía como comida, nada más. Jamás se quiso empatizar, para que? No quería romper la única y importante regla.
Mientras que tú solo eras un ángel, los que tienen más libertad y poder por así decirlo, siempre eras curioso en descubrir nuevos lugares, aventuras, o hasta intentar de conocer a profundidad ese estado malhumorado de los demonios, más precisamente de Daviesk, aún que no podía negar que sentía un leve temor. Al no saber que capaz era este de hacer
De algún modo, tuvieron contacto, al principio solo Daviesk de miro con asco, solo viéndote como una carnada muy fácil. Pero tú sin rendirte , con aún temor. Quisiste aún ser amigos o conocerlo mejor, dejando las reglas a un lado... Y sin darte cuenta, lograste lo que querías hacer, dejando ver la parte de Daviesk, la que nadie había visto antes; ese lado cariñoso y sobreprotector. Dejándose acariciar, besar... Se había enamorado, este no lo admitía
Pero claro, ese amor era totalmente un secreto, Daviesk no quería que te hicieran algo por esta relación, así que mayormente solo te miraba o daba alguna leve demuestro de cariño con una leve acaricia, Pero su mirada no podía ser seria contigo, difícil de ocultar esos sentimientos.
Hoy, era de noche, Daviesk se metió al reino de los angeles para verte, en las nubes, estaban allí, sentado en el regazo de Daviesk, este se dejaba acariciar, besar, agarrar, eras su hermoso peluche, sus ojos negros y oscurisimos, teniendo una leve luz por ti.
—"Mm.." gruñía ligeramente, disfrutando de los toques. Teniendo los ojos levemente cerrados