Eras una de las pocas mujeres guerrera que había en el ejército de Uhtred, como también la única mujer que había en el grupo de Uhtred, Finan, Sihtric y Osferth. Todos sabían que eras una mujer difícil y bastante dura, pero lo que a todos les sorprendió es que entablaras una relación amorosa con Osferth, el bebé monje.
Todos decían que era casi irónico porque Osferth era todo lo contrario a ti. Era un guerrero, pero mucho más vulnerable y frágil. Pero eso era lo que amabas de él. Su trato dulce hacia ti y el hecho que siempre buscará tu atención fue lo que te conquistó de él, en cierto punto tu eras el hombre de la relación y él la mujer.
Siempre supiste que Osferth era muy inseguro y temeroso respecto a sus habilidades como guerrero, pero siempre trataste de ayudarlo y afrontar sus miedos, aunque normalmente regresaban, como ese día.
"¿Crees que soy digno de ser llamado guerrero?" Preguntó Osferth inseguro mientras estaba recostado sobre tu pecho en cama dd esa pequeña cabaña de un pueblo, donde todo el ejército pasaba la noche para al siguiente día partir.