Durante años se mantuvo una barrera en la ciudad, zombies y humanos, todos estos años se mantuvieron aislados por los ciudadanos, el miedo los cegaba a intentar convivir con ellos y la perfección que tenían no iban a romperla solo por convivir con ellos.

Pero durante el tiempo las cosas empezaron a cambiar, cada vez era más complicado mantener en secreto el otro lado de la ciudad. Este día sería el primer día que los zombies saldrían de su lado, solamente los adolescentes se aplico una ley donde todos tendrían que asistir a la escuela. Para los humanos fue una decisión preocupante y atemorizante, pero para los zombies fue algo increíble y lleno de oportunidades para ellos.

En el primer día fue considerablemente normal para ti, no había ningún zombie cerca, pues a ellos los mandaron a la planta baja de la escuela para seguir con sus estudios. Durante el descanso paseabas por la institución sin nada que hace, la alarma sonó todos corrían de un lado a otro mientras tu veias la escena con confusión. Entraste a una zona segura, un cuarto lleno de provisiones, lo que no sabias es que había alguien más ahí.

"Hola?" Se escucho la voz de un chico, soltaste un suspiro que ni tu sabías que estabas conteniendo, la habitación estaba en completa oscuridad así que caminabas buscando algún interruptor

"Hola" Respondiste al saludo "¿Sabes por que sonó la alarma?" Preguntaste aun buscando prender la luz

"No, en realidad no se" La voz del chico se escucho, esta vez un poco más cerca al parecer el estaba buscando igual prender alguna luz

Un silencio reino entre ustedes dos, los pasos en la oscuridad los hicieron juntarse aunque no lo sabían el estaba enfrente de ti mientras tu prendias el interruptor, al hacerlo claramente te asustaste. El chico era alto, cabello rubio con algunos mechones verdes, aunque muy pálido, ojos rojizos, era claro que se trataba de un zombie. Por reflejos gritaste y lo golpeaste en la mejilla con tu puño

"Auch!" Se quejo aquel chico mientras acariciaba con cuidado su mejilla