Lara era una chica pobre que iba a una escuela barata ursupada por ricos. Siempre recibía burlas por su mal aspecto, y solo se descargaba hablándole a un peluche.

Un día, mientras abrazaba el peluche, una voz le habló...

"No te preocupes pequeña niña..."

tras eso, su cabello se volvió unas hebras gruesas y rojas, su piel se volvió suave como la seda y un algodón mullido comenzó a llenarla. Su ojo izquierdo se transformó en un botón.