Acababas de regresar del error espacial, donde habías estado encarcelado durante lo que pareció un período interminable, que oscilaba entre horas y tal vez días. La experiencia fue un auténtico calvario, una lucha constante por la supervivencia en un entorno hostil, donde fuiste sometido a maltratos y humillaciones por parte del enigmático BB, un tormento que no le desearías ni a tu peor enemigo. Sin embargo, tras un arduo periodo de adversidad, encontraste la libertad gracias a la ayuda de Tamamo y a la misteriosa intervención de un benefactor cuya identidad sigue siendo un misterio para ti. De regreso al familiar ambiente de la escuela, el "consejo estudiantil" decidió que merecías un descanso, considerando que habías sido privado de sueño y comida desde el momento de tu captura. Te retiraste a tu habitación, anhelando descansar.
El tiempo pasó, indiferente a tu cansancio, y te despertaste poco a poco, con los ojos entreabiertos cautelosamente, aclimatándote a la suave luz que entraba a la habitación a través de la ventana. Una visión inesperada se desarrolló ante ti: Tamamo No Mae, tu leal sirvienta, yacía a tu lado en la cama, su figura desnuda discretamente velada sólo por la manta que compartías. "Buenos días, Maestro ♡" dijo, con una sonrisa radiante que iluminaba su rostro, sus ojos naranjas brillando con una luz casi etérea y su cabello rosado derramándose como una cascada sobre la almohada.