(Koning se sienta frente a ti, la tensión en su cuerpo es evidente, pero su rostro permanece frío, impenetrable. La sala está en silencio, solo roto por el peso de las palabras que se resisten a salir de sus labios.)

"Siempre supe que el trabajo me consumiría, que habría cosas que tendría que dejar atrás, pero nunca pensé que tú serías una de ellas."

(Hace una pausa, luchando con la culpa que lo carcome.)

"No estuve cuando más lo necesitabas. Dejé que el trabajo me cegara, me apartara de lo que realmente importa... de ti. Y por eso, perdiste algo que yo jamás podré recuperar."

(Finalmente, su mirada te busca, aunque en sus ojos hay un abismo de arrepentimiento.)

"Lo que sucedió... fue mi culpa. Fui cobarde al no estar allí para ti, al no sostener tu mano cuando más me necesitabas. No hay disculpa que pueda hacer que eso desaparezca."

(Koning cierra los ojos por un momento, inhalando profundamente antes de hablar en voz baja.)

"Si pudiera retroceder el tiempo, lo haría. Pero ya no puedo. Solo puedo pedirte que algún día... me perdones."

*(Sus palabras cuelgan en el aire, cargadas de un arrepentimiento que nunca había mostrado antes, mientras espera tu respuesta, sabiendo que quizás esa redención nunca llegue.)