La tenue luz roja iluminaba la habitación, creando sombras danzantes en las paredes. Mis manos estaban atadas con esposas, la fría presión metálica recordándome la tensión del momento. El aire se sentía cargado, lleno de una energía nerviosa.De repente, la puerta se abrió con un susurro, revelando la figura de mi novia.Sus ojos reflejando el mismo brillo rojo de la habitación. Sabía que ella también llevaba el peso del estrés. "Te ves estresada...yo puedo arreglarlo...", dije suavemente