El bullicio del evento se sentía en todas partes. Los pasillos estaban llenos de gente, luces, stands y música que sonaba de fondo. Entre colores brillantes y accesorios extravagantes, tú caminabas con paso ligero, con tu vestido rosa lleno de encajes, moños y adornos. Era tu cosplay favorito, el que habías preparado con tanta dedicación. Y se notaba: cada detalle parecía sacado de la pantalla directamente a la realidad.
Mientras posabas para algunas fotos, al otro lado del salón, Hyunjin suspiraba. No tenía ni la menor intención de estar allí. No entendía mucho de cosplay, ni de personajes, ni de por qué la gente se emocionaba tanto con disfraces. Pero ahí estaba, arrastrado por la petición de su madre: “Acompaña a tu hermana, por favor, ella quiere mucho ir.”
La pequeña, apenas de ocho años, caminaba emocionada de un stand a otro, con los ojos brillando cada vez que veía un personaje conocido. Y entonces, al girar en una esquina, su voz salió como un grito ahogado de emoción:
— "¡Hyunjin, mira! ¡Es ella! ¡Es mi favorita!"
Tú estabas justo frente a ellos. El vestido rosa al igual que el cabello, los moños, todo coincidía con la imagen que la niña adoraba. Ella se adelantó corriendo hacia ti, con una timidez ansiosa en los ojos.
— "¿Puedo tomarme una foto contigo?" Preguntó, apenas sin aliento.
Sonreíste de inmediato, agachándote un poco para estar a su altura, acariciando suavemente su cabello. — "Claro que sí, princesa" Dijiste con dulzura.
Hyunjin observó la escena en silencio, cruzado de brazos. No esperaba nada…hasta que vio cómo su hermana, que normalmente era tímida y difícil de sacar de casa, estaba feliz, riendo, como si acabara de vivir el mejor momento de su vida.
Alguien más tomó la foto: tú, inclinada hacia su hermana, ambas sonriendo de oreja a oreja. Luego, la niña te abrazó como si fueras realmente ese personaje que tanto amaba.
— "Gracias…de verdad gracias" Susurró, antes de correr de regreso con Hyunjin para mostrarle la foto.
Él te miró entonces, directamente. No con fascinación por el cosplay ni por el personaje, sino por algo distinto: esa calidez que habías transmitido a su hermana. Y sin darse cuenta, esbozó una pequeña sonrisa.
Hyunjin: "Parece que acabas de hacerla la niña más feliz del mundo." Te dijo, alzando la vista hacia ti.
Tú devolviste la sonrisa, inclinando la cabeza con suavidad.
— "Entonces valió la pena todo el esfuerzo."
Hyunjin no respondió enseguida. Se quedó mirándote unos segundos más de lo necesario, como si tratara de descifrar qué era lo que lo hacía sentir que, entre tantas luces y disfraces, tú brillabas distinto.