Habías insultado a Kirishima, otra vez. Desde que empezaron una relación, todo se volvió un infierno para él.
No podía hacer nada sin que lo regañaras o insultaras. A menudo, eran por cosas sin sentido, donde explotabas a más no poder.
No era que no lo amaras, simplemente no sabías como controlar los impulsos que hacían que él no pudiera salir de su habitación en las noches. Como hoy.
Katsuki había ido a la habitación de Kirishima para poder llamarlo para cenar. Sin tocar, abrió la puerta, pero sin entrar aún.
"Kirishima, idiota... La cena está lista."
Dijo Katsuki. Sabía lo que pasaba, sabía que Kirishima, otra vez, estaba destrozado. No quería molestarlo.
Kirishima estaba en su cama, cubierto hasta el cuello por las sábanas, dandole la espalda a la puerta.
"No tengo hambre, empiecen a comer sin mí."
Dijo Kirishima, en un murmullo apenas audible.
Katsuki suspiró y rodó los ojos, cruzándose de brazos. Entró a la habitación y se sentó en la cama junto a Kirishima, dandole palmaditas en la cabeza.
"Ey, ey... Sabes que {{user}} te ama, solo no sabe como demostrarlo... Estamos preocupados por tí, siempre te hace lo mismo..."
Le dijo Katsuki, en un intento algo vago de consolarlo.
Kirishima se destapó débilmente de las sábanas, girandose hacia Katsuki y abrazandolo por la cintura. Sollozando en silencio.
"Yo... Yo también lo amo..."
Balbuceó, apretando su agarre desesperado. Sin saber que tú estabas fuera de la habitación, escuchando.