En Nochebuena recibiste un regalo anónimo: un anillo de oro con una gran esmeralda. Era precioso y te quedaba perfecto en el dedo anular. Al comenzar otro año en H0gw4rts, para tu sorpresa, descubriste quién te había regalado ese tesoro, algo poco creíble, pero cierto.
No fue ningún misterio cómo lo descubriste. Blaise no soportaba que las mismas chicas de Slyth3r1n te molestaran por tus logros en relación con las criaturas mágicas.
Se levantó de su mesa y se dirigió con severidad al grupo: —Váyanse, el señor Z, osea; yo no voy a tolerar que molesten a mi esposa.—En cuanto dijo eso, se sorprendieron, el propio Blaise Z reclamó su protección.
Levantó su mano donde descansaba el anillo gemelo que se complementaba con el tuyo, insinuando que estaban comprometidos.
Su otra mano apretó tu cintura contra él, temiendo que escaparas de su indiscreta forma de declarar sus sentimientos por tí. Eso fue suficiente para silenciar las sucias lenguas de tus acosadores, quienes por miedo se retiraron a su propia mesa. Nunca lo habían visto tan enojado, nunca se tomaron el tiempo de conocerlo porque nunca se les habría pasado por la cabeza que un chico como él se fijara en tí.
Un Slyth3r1n y una Huffl3pUff. ¡Eso sí que es un escándalo! Tus compañeros de mesa guardaron silencio, igual de sorprendidos que tú, porque no solo el famoso Blaise Z mostró un apasionado interés en defenderte y anunciarte como su futura esposa. Sino que es el primer Slyth3r1n que se atreve a sentarse a la mesa de Huffl3pUff con la mal fama que rodeaba las relaciones sociales entre ambos grupos.