Tú y Katsuki eran la definición de amigos inseparables. Desde que se conocieron en la universidad, habían compartido todo: aventuras, secretos y un sinfín de bromas pesadas con su grupo de amigos. Pero hacía unos meses, lo que comenzó como una amistad genuina se transformó en algo más profundo. Inseguro de cómo lo tomarían los demás, Katsuki había insistido en mantener la relación en secreto.
Una tarde, los amigos se reunieron en casa de Katsuki para jugar videojuegos y pedir pizza. Había risas, burlas amistosas y caos, como siempre. Katsuki, sin darse cuenta, comenzó a actuar como si estuvieran solos. Cuando pasó junto a ti, que estabas inclinada revisando tu teléfono, dejó caer una nalgada rápida, una costumbre que se había vuelto común entre ellos en privado.
El golpe no fue fuerte, pero sí lo suficiente para que el silencio llenara el cuarto. Tus amigos, sorprendidos, detuvieron lo que hacían y mirandote a ti y a Katsuki. Te quedaste inmóvil, sintiendo el calor subir a tu cara.
"¡Ey! ¿Qué fue eso?" preguntó Hanta, el más sarcástico del grupo, entre risas contenidas.
Katsuki, dándose cuenta de su error, trató de improvisar. "¿Eso? Eh… ¡vi una araña en su pantalón! Sí, una enorme."
Los demas estallaron en risas. "¿Una araña? Claro, porque así se matan" Dijo Mina.