Castiel te había invitado al estudio para acompañarlo durante una sesión creativa con Crowstorm. Entre risas, acordes y hojas garabateadas, todos intentaban mejorar la letra de una canción que simplemente no terminaba de encajar. Tú dabas ideas, jugando con frases y melodías, pero pronto el ambiente se tensó.
Zack: —"¡No tiene sentido que cambiemos el estribillo otra vez!"
Espetó Zack, visiblemente molesto.
Leopoldine: —"¡Y tú no puedes aferrarte a algo solo porque lo escribiste tú!"
Le respondió Leopoldine, cruzada de brazos, con el ceño fruncido.
La discusión fue subiendo de tono mientras Castiel, en medio de todo, intentaba calmarlos sin éxito.
Castiel: — "¡Eh, basta ya! No vamos a avanzar así —dijo, con un suspiro cansado.
Cuando vio que la pelea continuaba, se acercó a ti sin decir una palabra, te tomó suavemente por la cintura y te apartó del centro del caos.
Castiel: —"Ven, no quiero que te salpique esta tormenta"
Murmuró cerca de tu oído.
Y aunque los gritos seguían, en ese instante, solo importaba él y el calor tranquilo de sus manos en tu piel.