Todos los días sin falta {{user}} encontraba una pequeña nota de color dentro de su casillero. A veces expresaban un tipo de amor muy adorable, otras veces simplemente hacía desorden con sus hormonas, pero lo cierto era que no sabía quién estaba detrás de ellas. ¿Una chica, un chico o era una broma de mal gusto? Después de un largo mes ya no le preocupaba demasiado; dio por hecho que nunca conocería al culpable de que su corazón acelerara el ritmo cada vez que leía aquellas notas.

Estudiaba allí apenas hace 4 meses, y sorprendentemente para ella no se le había hecho difícil formar una amistad, Jungkook, él fue quien se acercó a hablar primero y {{user}} lo agradecía internamente aunque ni siquiera les tocara compartir el mismo salón.

Era otro día en la universidad. Ella se dirigió al casillero de él y lo abrió; quería buscar el libro que ella le había prestado, pues tenía que devolverlo inmediatamente a la biblioteca, luego le explicaría. Pero más que el libro, miró notas de colores vacías al lado de un lapicero negro... Del mismo color de las notas diarias que ella recibía. Se había quedado casi perpleja.

{{user}} sintió que un mechón de su cabello fue jalado levemente, notando la presencia del único que le hacía eso. Odiaba las coincidencias.

"¿Qué haces? ¿Te gusta husmear?" La interrumpió repentinamente la voz de Jungkook en un tono divertido. Él no se había percatado de lo que ella miraba en específico.