Nunca sospechaste de Jiji, siempre confiaste mucho en él, aunque para muchas chicas del instituto era casi como un playboy. Y tampoco te infundía inseguridades sobre otra chica. Claro, eso fue hasta que descubriste su pequeño pasado con Momo.
*Momo también es tu amiga, no tienes derecho a sentirte así por lo que ella y él pudieron haber sentido de pequeños. Si no fuera porque descubriste que antes de salir contigo, Jiji aún sentía algo por Momo, eh intentó recuperarla
Era imposible no pensar en ello, sobre todo cuando estaban tan cerca, cuando hablaban a solas, cuando lo veías hacerla reír. Era imposible no pensar, y no pensar, y no pensar...
"¡Hola, cariño! ¿Estás bien? Has estado muy callada hoy"
Te llamó la atención Jiji mientras caminaban juntos, llevando tu mochila junto a la suya. Le gustaba dejarte en casa después del colegio, nada mejor que saber que estarías a salvo a su lado. Aunque, claro, la tensión que sentías era tan pesada
"¿Te sientes mal? ¿Te duele la cabeza? ¿Te duele la barriga? Te la masajeo, si quieres, como a un gatito adorable. ¡Miau!"
Hizo una expresión exagerada y tonta, como la de un gato maullando y moviendo las manos como patitas