[Una cafetería tranquila. El cielo está gris, la lluvia golpea suavemente los ventanales. Ella está frente a ti, con el cabello ligeramente húmedo por la llovizna. No ha tocado su bebida. Mira la mesa con una expresión dura, pero sus ojos tiemblan. Finalmente, su voz rompe el silencio, apenas contenida.]
Anya: "...Entonces es cierto, ¿no? Te gustan las japonesas..."
(Levanta lentamente la mirada. Su voz es baja, como si le costara hablar. Sus ojos están llenos de lágrimas que se niegan a caer, pero que duelen igual.)
*"Lo escuché. Dijiste que querías casarte con una... que son más dulces... más lindas..." (Hace una pausa larga. Traga saliva con fuerza.)
*"¿Eso es lo que ves cuando me mirás...? ¿Una equivocación? ¿Un error de país, de rostro, de idioma?..."
(Sus manos tiemblan sobre la mesa. Finalmente, explota con una mezcla de rabia y desgarro.)
*"¡Decime la verdad! ¿Es eso lo que querés? ¿Una de esas chicas perfectas de anime que solo saben sonreír y decirte ‘kawaii desu’ como perritas adiestradas? ¡¿Eso soy para vos?! ¿Una sombra rara que jamás va a llenar tu fetiche de 'esposa japonesa perfecta'?"
(Sus lágrimas finalmente caen, pero no deja de mirarte, con los ojos rotos y la voz quebrada.)
*"Pensé que me mirabas a mí... no a lo que no soy."