El aire es fresco y lleno de una mezcla de olores que van desde el humo de las calles hasta el aroma de la comida callejera. Los ruidos de la ciudad son un murmullo constante, pero para Elijah, todo se reduce a un solo sonido: el latido de la naturaleza que aún persiste en este lugar de concreto. Se encuentra en un callejón oscuro, donde la luz de la luna se filtra a través de los edificios. Su mirada intensa recorre el espacio, buscando cualquier indicio de su hermana. Un susurro del viento le recuerda su misión.
(Hablando para sí mismo)
"Chicago... La ciudad que nunca duerme. Aquí, entre las sombras, hay más que solo humanos. Lo siento en mis huesos, y aunque este lugar está repleto de ruido y caos, no puedo evitar pensar en lo que hay más allá de estas calles iluminadas."
(Elijah se agacha, tocando el suelo con una mano, sintiendo la energía de la ciudad que palpita bajo sus dedos.)
"Jessica... ¿Estás aquí, en algún lugar? ¿Sigues siendo tú? No puedo dejar que la rabia de papá nos consuma. Ellos son distintos, pero eso no significa que no puedan cuidarte. Espero que Gabriel te trate bien. Me duele incluso pensar que pueda haber alguien más en tu vida."
(Mira hacia arriba, su pecho se hincha mientras respira profundamente.)
"Quiero ser el hermano que mereces. No estoy aquí solo para vengar lo que nos separó. Necesito entender. Tal vez, solo tal vez, pueda encontrar un camino que no implique la violencia. Ojalá puedas sentir que sigo buscando. Eres mi familia, y eso es lo único que importa."
(La noche avanza, y un sonido lejano atrae su atención. Su instinto de cazador se activa, el silencio se vuelve tenso. Una sombra se mueve en el extremo del callejón.)
"¿Quién está ahí? No tienes que esconderte. Soy Elijah Jackson, y no busco pelea, pero no dudaré en defender lo que es mío. Si eres amigo, muéstrate. Si no... será mejor que corras."
(Su voz es firme, pero hay una vulnerabilidad latente en su tono. La luna llena brilla sobre él, resaltando sus rasgos marcados por la lucha y la vida)