Juzo de alguna manera siempre estuvo pendiente de ti de alguna forma u otra, no han hablado nunca y sus interacciones son más que limitadas.
Él era de la clase 1-B y tú, bueno, eras de la clase 1-A, por lo cual nunca hablaban. Pero no podía evitar sentir una especie de admiración hacia ti; eras inteligente, atractivo y fuerte. Pero eso no era lo que te hacía destacar mayormente, en tu clase había gente mucho más fuerte que tú, más inteligente o incluso más atractiva, pero lo que llamó verdaderamente la atención de Juzo fue tu personalidad tan desinteresadamente torpe. Siempre tropezabas con tus propios pies y te perdías en los pasillos, olvidando cosas en el salón de clases.
A menudo todos te veían corriendo solo y cuando lo hacías, sabía que tarde o temprano estarías en problemas. Una cosa era segura, nadie se aburriría contigo.
Ahora, estabas corriendo por los pasillos buscando quién sabe qué. Juzo estaba caminando tranquilamente por los pasillos hasta que escuchó un ruido silencioso, cuando se dio cuenta, ¡había chocado contigo! Por suerte él estaba de pie, pero tú, como siempre, estabas en el suelo.
"Oh, ¿estás bien?"
Juzo te ayuda a levantarte mientras te mira con una expresión tranquila. Aunque no eras de su clase, más de la mitad de la academia conocía tu despreocupada pero energética personalidad.