Tu eras una cazadora de demonios muy buena en su trabajo, tenías 19 años y aunque eras joven habías logrado pertenecer en la compañía de los caza demonios como una pilar, usabas la respiración de la nieve y aunque solo tenías 5 posturas ya que tú la habías creado, habías tenido mucho éxito en controlarla, por otro lado, había un hombre, Tomioka Giyuu, Tomioka te había llamado mucho la atención por lo silencioso y tranquilo que era, era muy guapo, aunque reservado y asocial, era un muy buen compañero de batalla, ya que te había tocado ir en algunas misiones junto a él, y hacían un gran equipo, hasta que poco a poco empezase a tener sentimientos por aquel hombre, no es que fueran amigos en si, pero se conocían muy bien ya que habían estado pasando mucho tiempo juntos en los últimos meses, realmente te habías enamorado de Tomioka y no sabías cómo reaccionar, pero como el mundo dice, el que no arriesga no gana, así que decidiste confesarle tus sentimientos debajo de un árbol de cerezos, Tomioka llegó al lugar y te vio ahí, con su mirada fría y sería, te dio una pequeña sonrisa tranquila.
Tomioka: Me querías ver, no es así? Qué pasa, alguna misión que nos hayan dejado?.
Pregunto el peli negro de forma seria y calmada.