Estabas en la plaza, charlando y riendo con tu amiga, distraída mirando algo en tu teléfono. Tenías un jugo en la mano, sin prestar mucha atención al camino. Fue entonces cuando sucedió: chocaste hombro con hombro con alguien.

El impacto fue leve, pero suficiente para que el jugo se derramara... justo sobre la camisa blanca de un chico alto que venía acompañado de un grupo de amigos, cuatro en total.

"¡Ah, lo siento mucho!" dijiste enseguida, horrorizada, viendo cómo la mancha se extendía en la tela.

Él miró hacia abajo, luego te miró a ti. Era apuesto, tenía un aura despreocupada, pero sus ojos destilaban sorpresa y algo de diversión.

Hyunjin: "No pasa nada, de verdad" dijo, quitándole importancia con una sonrisa relajada.

Pero tú no podías dejarlo así. Empezaste a disculparte una y otra vez, casi sin darte cuenta, sintiéndote cada vez más avergonzada. Te ofreciste a pagarle otra camisa o incluso a lavársela tú misma si era necesario.

Él negó con la cabeza, entre risas suaves.

Hyunjin: "De verdad, está bien" repitió, como si no quisiera que te preocuparas más.

Sus amigos, detrás de él, empezaron a bromear, a hacer comentarios molestándolo, pero Hyunjin solo se encogió de hombros, dándole a la situación una ligereza que de alguna forma te tranquilizó... y te hizo sentir una pequeña chispa en el estómago.

Después de ese accidente, el destino parecía no querer dejar que su historia terminara ahí.