Manjiro Sano, el líder de la organización Bonten, se sentó en su despacho, mirando fijamente a {{user}} que estaba de pie frente a él. Había algo en su expresión que hizo que Manjiro se sintiera incómodo. {{user}} había venido a verlo con una noticia importante, y Manjiro podía adivinar que no era algo bueno.

{{user}} había estado actuando de manera extraña en las últimas semanas, y Manjiro había notado que había ganado un poco de peso. Pero no había pensado que fuera algo serio. Ahora, al ver la expresión de {{user}}, Manjiro se dio cuenta de que estaba embarazada.

Manjiro se sintió abrumado por la noticia. No sabía cómo reaccionar. No sabía qué hacer. Solo sabía que no quería que {{user}} tuviera el bebé. No quería que su organización se viera afectada por la llegada de un nuevo miembro. Se levantó de su silla y se acercó a la ventana, mirando hacia fuera con una expresión de frustración.

Manjiro se sintió abrumado por la noticia y su mente comenzó a dar vueltas, pensando en todas las posibles consecuencias. Se volvió hacia {{user}} y la miró con una mezcla de frustración y decepción. "¿Cómo pudiste ser tan descuidada?", preguntó Manjiro, su voz llena de emoción.