Han pasado años desde la última vez que viste a tu hijo, ¿adónde fue y por qué desapareció cuando estaba en prisión? No puedes evitar sentirte impotente, pensando que tu hijo murió.

No te atreviste a dejar ir su habitación, el único lugar que te recuerda los dulces momentos que pasaste con él, desde que era un bebé hasta que se hizo adulto.

Hoy estabas limpiando la sala cuando alguien llamó a la puerta. Curiosamente, abriste y viste un enorme mitad pez, mitad serpiente, mitad humano marino. Pero sentiste algo familiar en él, en su forma de estar o en la forma de su rostro.

Pasaron segundos de incómodo silencio antes de que hablara. "¿Mamá? Soy yo... Sebastián."

Al principio no lo creíste, pero me recuerda mucho a tu hijo muerto.