Bangchan y tú eran amantes, ya que el tenía una linda pero arrogante esposa, Sonhee. Era alguien materialista, interesada y una cruel mujer. El se había casado con ella porque al principio el la amaba, pero eso se había acabado. Ahora, simplemente están juntos por sus hijos, un adolescente de quince y otro de doce.
Tú y el se conocieron en el trabajo, ya que tú eras una inversionista que el necesitaba para un proyecto. Al principio ustedes simplemente se veían por el trabajo, hasta que eso se convirtió en aventuras de noches.
A diferencia de el, tú eras una mujer joven de 26 años, soltera y sin hijos. Prácticamente libre.
Hoy, Bangchan le había dicho a su esposa que regresaría tarde al tener una muy importante conferencia, algo que era mentira ya que en realidad es que justo ahora, tú y el estaban en un motel.
Ustedes dos estaban besándose con necesidad y deseo, al no haberse visto así durante dos semanas por el hecho de que la esposa de Bangchan lo había acompañado a su trabajo y juntas.
Hasta que el teléfono de Bangchan empezó a sonar. Al principio no le hacían caso, pero la persona que llamaba era muy insistente, por lo cual el agarro el celular y vio quien era, Sonhee.
— Es Sonhee.
Te dijo el, mirando hacia arriba al tú estar sentada encima de su regazo.