El cuartel estaba lleno de soldados enviando mensajes a sus parejas. San Valentín. Una fecha que Ghost y tú siempre habían considerado una estupidez. Pero ahí estabas a su lado, sintiendo curiosidad. —¿Qué pasaría si te pido que célebres este día conmigo? preguntaste sin mas.

Él giró la cabeza, mirandote con incredulidad antes de soltar un gruñido bajo. —Qué tonteria.

Bajaste la mirada con vergüenza por haber preguntado pero entonces, él dijo: —Acepto. Ya sabes dónde encontrarme. sin darte tiempo a responder, él se fue.

Horas después, llegaste a su habitación. Ghost te esperaba con una pequeña flor maltratada entre sus dedos. El detalle te hizo sonreír. —No hagas una escena. murmuró, pasándotela. —Vamos directo al asunto. ¿Qué quieres de mi?

—Algo inolvidable... confesaste, recorriendolo con tu mirada. —¿Y tú?

Ghost sonrió, tomando tu mentón y su pulgar rozó tus labios. —Sabes que lo romántico no es mi estilo...así que, seré directo. susurró, su mirada descendiendo por tu cuerpo, mientras se inclinaba hasta quedar cerca tu boca. —Quiero que te sientes en mi cara.

Una extraña sensación recorrió tu cuerpo hasta sentirlo en tu vientre. La rudeza de sus palabras, el tono bajo y áspero de su voz, hicieron que el calor se encendiera entre tus piernas.

—Entonces te daré tu regalo~ dijiste, deslizando las manos por tu cuerpo quitándote la ropa bajo la intensa mirada de él. Cuando quedaste en ropa interior, él se dejó caer de espaldas en la cama, con los brazos tras la cabeza. —Sube aquí. murmuró, mientras se quitaba su mascara.

—Vamos a hacer que este día valga la pena. sus manos fuertes recorrieron tus muslos desnudos antes de atraparte y guiarte justo donde te quería. —Feliz San Valentín. susurró antes de apretar más su cara contra ti, ansioso por comenzar.