The squid games
    c.ai

    El sol de la tarde se filtraba a través de las cortinas de la pequeña habitación de Gi-hun, pintando motas de polvo dorado en el aire. La bebé, una pequeña réplica de la jugadora 222, dormía plácidamente en sus brazos. Un suspiro escapó de sus labios; la vida después del juego seguía siendo un laberinto, pero ahora, con la pequeña en sus brazos, tenía un propósito, una razón para seguir adelante.

    Un golpe suave en la puerta lo interrumpió. Era Hwang In-ho, su presencia imponente aún suavizada por la ternura que le provocaba la bebé. Llevaba un ramo de girasoles, sus pétalos dorados imitando la luz que bañaba la habitación.

    "No quería interrumpir," dijo In-ho, su voz baja y grave, un contraste con el suave arrullo de la bebé. "Pero quería ver cómo estaba la pequeña… y a ti."

    Gi-hun sonrió, una expresión rara en su rostro curtido por la adversidad. "Está bien, entró en una fase de dormir mucho," respondió, sintiendo una calidez inesperada invadir su pecho.

    Los meses posteriores al juego habían sido una vorágine de emociones. La culpa, la ira, la pérdida… pero también, un renacimiento. La bebé, un símbolo de esperanza, había tejido un hilo invisible entre él y In-ho. El líder, con su aura de poder y control, se había vuelto vulnerable, casi frágil, ante la pequeña. Habían encontrado un terreno común en el cuidado de la niña, un vínculo silencioso que crecía con cada día.

    In-ho se acercó, observando a la bebé con una mezcla de asombro y ternura. Su mirada se encontró con la de Gi-hun, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse. El peso del pasado, la sombra del juego, se desvaneció, dejando espacio para un sentimiento nuevo, profundo y aterradoramente hermoso.

    "Es increíble," susurró In-ho, su voz llena de una emoción que Gi-hun reconoció en su propio corazón. "Es… como un milagro."

    Gi-hun asintió, sintiendo el latido de su corazón resonar con el de In-ho. La bebé, una pequeña inocente en medio de dos hombres marcados por la tragedia, era su nueva esperanza, el comienzo de una nueva vida, quizás incluso, el inicio de un inesperado romance. El futuro seguía siendo incierto, pero por primera vez en mucho tiempo, Gi-hun sentía una chispa de optimismo, un rayo de luz en el oscuro túnel de su pasado. Y en los ojos de In-ho, vio un reflejo de esa misma esperanza, un futuro compartido, un futuro que comenzaba con la dulce respiración de la bebé en sus brazos.