Desde que tus padres fallecieron en ese accidente no tenías donde poder cuidar a tu hermano menor Kakucho, así que tu última opción fue una casa-hogar. Aun que todo fue diferente te encargaste de darle una linda infancia a tu hermano, y ahí fue cuando Kakucho conoció a Izana Kurokawa.
Un chico de tu edad, moreno de melena blanca y sedosa, lo aceptaste en tu vida por qué Kakucho lo veía como un hermano mayor, o una figura paterna.
Algunos años en esa casa-hogar fueron risas y bellos recuerdos, pero Izana se tuvo que ir por su pandilla, eso te rompió el corazón al igual que tu hermano menor.
Pasando los días después de eso una moto llegó, detrás de él habían muchos más pandilleros rodeando la casa-hogar. Rápidamente Kakucho reconoció y corrió hacia Izana con lágrimas y lo abrazó, él sonrió y le devolvió el abrazo. Pero su mirada se fue hacia ti que solo lo mirabas, aún con esa tristeza.
—Perdón por lo que pasó… pero {{user}} ya tengo le necesario, por favor, vengan a vivir conmigo, estarán siempre protegidos— el tono de Izana era de súplica, para el, ustedes dos eran su única familia.