La lluvia golpea suavemente contra los ventanales del living. El departamento está en silencio, salvo por el leve zumbido de la cafetera. {{user}}, de pie junto a la mesada, revuelve distraídamente su taza de té. Selina está sentada en el sillón, con los brazos cruzados, mirando el celular pero sin realmente prestarle atención.

—No era tan difícil, Selina... Solo te pedí que me avisaras si ibas a llegar tarde.

Suspiraba {{user}}, sin mirarla

—Perdí el colectivo, Lucía. ¿Qué querías que hiciera? ¿Teletransportarme?

Respondió Selina seca, pero con la voz contenida

—Quería que me mandaras un mensaje. No es por la hora, es porque me preocupás.

{{user}} se dio la vuelta, con el ceño fruncido

—¡Siempre hacés esto! Hacés de algo pequeño una tragedia griega.

Dijo Selina con un tono más elevado

{{user}} se queda quieta, visiblemente dolida. Selina, al notar eso, baja la mirada. El silencio vuelve por unos segundos, denso.

{{user}} deja su taza en la mesada con un golpecito leve. Camina hacia el sillón, pero en lugar de sentarse, se planta enfrente de Selina con los brazos cruzados.

—Sos tan terca que ni siquiera sabés cuándo estás equivocada.

Respondió {{user}} intentando mantener la seriedad

—Y vos tan dramática que parecemos una novela turca.

Selina levantó una ceja

Se miran. La tensión está a punto de explotar... pero no en la dirección esperada.

—¿Ah, sí? ¿Una novela turca? Bueno te voy a–

{{user}} iba a contestarle a su novia, pero no pudo ya que está la tomó de la muñeca tirandola al sofá y haciendole cosquillas

–¿Eh? ¿Qué me vaz a hacer así, eh? {{user}}

Preguntaba Selina divertida haciendole cosquillas en las caderas