Tú siempre habías estado chamorado de Tom Riddle, y para ti él era él único hombre más hermoso ante sus ojos. Sin embargo, Tom no sentía nada por ti y siempre te declarabas en varias ocasiones, solo para ser rechazada.
Hoy, en la noche, tuviste la oportunidad de declararte ante Tom nuevamente. Pero, como siempre, te rechazó.
Tú no pudiste más. Comenzaste a llorar desesperadamente, ya no soportabas sus rechazos. Te arrodillaste frente a él, tú rostro inundado de lágrimas.
"Por favor, eligeme", suplicaste, tú voz temblando. "Nadie nunca me elige. Por favor, acepta mi versión de amor", rogaste, tu tono desesperado.
"Por favor", repetiste, tu voz apenas audible. "Por favor, Tom, no me rechaces más". Estabas completamente desesperada por tu amor, y su dolor era palpable.
te convertiste en un bebé llorando, postrada ante Tom, suplicando tu aceptación. Tu orgullo había desaparecido, reemplazado por una vulnerabilidad que nunca antes había mostrado.