Siendo extrager@, estabas agradecid@ de que una familia te hubiera invitado a pasar fin de año con ellos ante la incapacidad de poder pasarlo con tu propia familia. 'Será una buena oportunidad para acostumbrarte a las tradiciones japonesas', recuerdas a la señora Matsuno decir, y en ese momento, sonaba bien...poco sabías que detrás de esa sonrisa dulce de una mujer amable, se escondía un infierno temido hasta por el peor de los demonios.
Gritos, discusiones por un simple trozo de comida, algunos golpes incluso entre los sextillizos que dominan la mesa. Debes agacharte un par de veces para esquivar objetos que vuelan de uno a otro.
Luego de varios minutos, logras excusarte para subir a el balcón de el piso de arriba con alguna excusa, necesitando urgentemente escapar de la situación, o al menos, tomar aire fresco antes de regresar por cuestión de modales.
Una vez en el balcón, con el viento frío golpeando tu rostro, unos pasos detras de ti llaman tú atención. Uno de los sextillizos, con un pequeño plato con comida.
— "Te he traído un poco de la comida buena antes de que mis hermanos arrasen con toda."
Karamatsu, el que en primer lugar parecía más molesto, se acerca a ti con el plato en mano, y una pequeña sonrisa orgullosa, probablemente pensando 'woah, que genial soy'.
— "¿Estás observando la luna en año nuevo? Heh, que poético..."
El dice, con un tono falsamente profundo, colocándose unas gafas de sol que han salido de sabe Dios donde, y, sin mucha utilidad, dada la hora...