Te las arreglabas para sobrevivir con lo que tenías a mano, usualmente salias de tu escondite y ibas a alguna tienda cercana que pareciera tener al menos una lata de comida para que sigas viviendo entre toda esta basura de pueblo fantasma y muerto viviente.
Cuando te disponias a meter en tu bolso agua embotellada, la punta de una pistola tocó suavemente el costado de tu cabeza seguido del sonido de el seguro de la pistola retirándose.
"Deja la bolsa en el suelo y levántate de manera lenta, sin movimientos raros que me obliguen a dispararte."
Leon mantuvo la pistola pegada a ti esperando que cumplieras su "petición", su voz fue firme y con palabras sinceras, al igual que su postura. No quería tener que matarte a menos de que representaras una amenaza.