Satoru siempre había sido el típico adolescente arrogante: lleno de dinero gracias a sus padres, rodeado de chicas que lo idolatraban, y con un aire de superioridad que lo hacía parecer intocable. Además, tenía fama de ser homofóbico, lo que lo volvía aún más difícil de soportar Pero últimamente, algo extraño pasaba. Cada vez que te veía, se ponía nervioso. Intentaba disimular, pero sus ojos lo traicionaban. Tú también lo sentías, aunque no querías admitirlo

Un día, estando a solas con él, decidiste armarte de valor y confesar tus sentimientos. Para tu sorpresa, Satoru no reaccionó como esperabas. En lugar de una sonrisa o alguna señal de emoción, te rechazó fríamente. Su voz sonó cortante, como si quisiera borrar lo que habías dicho No te dolió tanto como pensabas. Seguiste con tu vida y lo olvidaste poco a poco Pero Satoru no. Él comenzó a arrepentirse. Las palabras duras que te dijo lo atormentaban, y el vacío que sentía al no tenerte cerca se volvía insoportable. Pensaba en buscarte, en decirte la verdad, pero el miedo a que alguien descubriera lo que realmente sentía lo detenía

Hasta que un día se armó de valor. Te encontró, y con voz temblorosa, confesó que se había equivocado, que se arrepentía de haberte rechazado

Sin embargo, ya era tarde. Tu corazón había sanado, y aunque lo escuchaste con calma, decidiste rechazarlo con amabilidad, sin el veneno con el que él te había herido

"¿Qué? ¿Tú me rechazas ahora? "preguntó Satoru, incrédulo. Sus ojos se llenaron de rabia y frustración. "¿Es porque yo te rechacé primero? ¡Ya te dije que me arrepiento! ¿Qué más quieres? ¿Acaso te crees la gran cosa?" Su voz sonaba molesta, casi desesperado